lunes, 23 de mayo de 2011

Spanish revolution

España ha vivido unos días muy intensos: acampadas, caceroladas, debates, asambleas... y finalmente elecciones. Creo que lo mejor de todo es que éstas últimas han tenido un protagonismo bastante más pequeño del que se podía preveer. Y me alegro.

Gran parte de la sociedad ha despertado. Hemos despertado... por fin.

Estoy maravillado con el denominado "Movimiento 15M" para alcanzar una Democracia Real Ya. Las personas que lo han promovido han despertado nuestras conciencias y han transformado la indignación que muchos sentimos, en una corriente de propuestas, ideales, ilusiones y esperanzas que sólo se pueden materializar con el trabajo conjunto de todos los ciudadanos.
 
Es increíble comprobar cómo todas las plazas de este país se han convertido en auténticas ágoras donde la discusión constructiva ha sido el arma más poderosa para luchar por un mundo mejor.

Todos los países de este planeta están evolucionando hacia una sociedad líquida muy peligrosa: todo es inestable, nada es sólido, nada se cimienta en poderosas columnas que nos puedan dan cierta seguridad y cobijo. El dinero, los mercados y la especulación mueve las cuerdas de la política de una manera tan impune que da vergüenza. Basta ya. No somos peleles en manos de unos cuantos que mueven todo el dinero de mundo.
Queremos una sociedad más justa, más igualitaria, donde la dignidad de las personas esté por encima de todo. Y para eso hay que equilibrar las fuerzas que nos rodean. Sólo la unión pacífica de las personas para este gran bien común puede ayudarmos a conseguirlo.
Ójala el movimiento iniciado en la calle y para le gente de la calle, ayude a remover nuestra conciencia social y a crear un mundo mejor para vivir.


El resultado de las elecciones de ayer es anecdótico: era previsible, era lo esperado, aunque nos cueste reconocerlo o no queramos creer lo que ha ocurrido. La crisis financiera mundial pasa factura y el dinero (o la falta del mismo), hace que se depositen muchos votos con clara influencia monetaria. Pero a partir de ahora estoy seguro que esas voces que se han alzado de manera tan cívica no pueden caer en saco rato y se DEBEN escuchar.


Espero que el espíritu creado en la Puerta del Sol y tantas plazas españolas (y del resto de países) no se apague y consiga llegar al corazón de la gente y, finalmente, de las políticas sociales para conseguir un gran objetivo: vivir como con la conciencia limpia, con la seguridad de que hemos hecho todos los esfuerzos para hacer de este mundo un lugar mejor.

martes, 17 de mayo de 2011

Asturias, patria querida...

Ayer regresé a Madrid tras cinco días de estancia en Asturias.
El balance del viaje ha sido positivo pese a todo lo que nos ha ocurrido: no siempre las cosas van a ir sobre ruedas y hay que saber enfrentarse a los obstáculos que nos va poniendo la vida. Creo que, en el fondo, también ha sido una suerte que estuviéramos juntos en los momentos difíciles, porque sentir el apoyo de los tuyos en esas situaciones siempre supone un cierto alivio. Pero bueno, no quiero hablar de lo negativo, porque eso ya tiene cabida por si mismo en nuestros pensamientos.  


No puedo esconder mi pasión por esta tierra. Soy un enamorado de Asturias: me encanta la comida, los paisajes, la gente, el clima... Como dice mi amigo Abel, parece que está todo diseñado para que sea un pequeño paraíso. Y cuánta razón tiene.
Ayer mismo estuvimos comiendo al lado del mar, en un microclima perfecto, con una temperatura muy agradable y con el romper de las olas frente a nosotros. En esos momentos te olvidas de todo aquello que te preocupa y simplemente dejas a tus sentidos que te transporten a otra realidad, donde todo está tranquilo y te sientes de maravilla.


El viaje también coincidió con otra de mis grandes pasiones, el Festival de Eurovisión. ¿Quién me iba a decir que este año lo empezaría a ver en San Roque con la madre de Abel, Conchita?  Una experiencia tan agradable como surrealista. Pero bueno, la compañía fue inmejorable y ese ratito de desconexión nos vino a todos como anillo al dedo. Aplausos, decepciones, alegrías, risas, puntuaciones... Me lo pasé genial y lo viví tan intensamente como siempre. 


Y para terminar, quiero poner la actuación española en el festival, porque refleja una buena forma de pensar y bastante apropiada en relación a todo lo que nos ha sucedido: hay que aprovechar al máximo los buenos momentos que nos brinda la vida y, aunque luego las cosas se tuerzan, 'que nos quiten lo bailao'.





P.D.: Asturias, espérame porque volveré!!! :)